Cómo evitar el Bullying en los campos de fútbol

Normalmente las relaciones personales entre los compañeros y compañeras de equipo suelen ser buenas, a excepción de pequeñas discusiones o puntos de vista diferentes en cuestiones puntuales. No podemos pretender que todos los jugadores sean amigos, pero sí que tengan una buena relación o, como mínimo, una relación de respeto.

Este respeto entre los jugadores debe fomentarse des de toda la comunidad deportiva: la dirección del Club, los entrenadores y los padres y madres. Por ello es necesario que los clubes empiecen a trabajar en ese sentido, creando reglas de convivencia, compañerismo y respeto, y un protocolo anti-acoso para evitar el Bullying en los campos de fútbol.

 

Cómo evitar el Bullying en los campos de fútbol

Acoso entre iguales: qué es?

Cuando hablamos de Bullying en los campos de fútbol nos referimos a una relación abusiva entre compañeros de equipo (jugador-jugador), nunca entre padres y madres (padres-padres); padres y jugadores; entrenador y padres; o entrenador y jugadores; que se trataría de acoso denunciable por parte de la víctima y debería tratarse de otro modo y con un protocolo a seguir totalmente diferente.

Las relaciones entre compañeros suelen aportar cosas positivas: comparten experiencias, aprendizajes, dudas, y puede que hasta confidencias. Pero a veces se pueden producir conflictos que, queriendo o sin querer, les dañen o les hagan sufrir. Si eso pasa una vez y lo solucionan hablando, no hay problema. Pero si se produce de manera sistemática debemos intervenir  y afrontar el conflicto para acabar con él de la mejor manera posible.

El Bullying

El acoso, también conocido como Bullying, consiste en que una o diversas personas ejerzan poder sobre otra con la intención de hacerle daño y sin que la víctima tenga la posibilidad de defenderse. Este tipo de agresiones pueden ser directas o indirectas (más difíciles de detectar) y de diferentes tipos: físicas, verbales o relacionales.

Tipos de acoso

Físico: consiste en agredir directamente con patadas, empujones y objetos. También se pueden producir daños en los objetos personales de la víctima o robos.

Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…

Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…

Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.

Protocolo para evitar el Bullying en los campos de fútbol

1- Prevención contra el Bullying

Lo primero que debe hacer nuestro club es tener un protocolo para actual en caso de Bullying en los campos de fútbol, que puede ser algo parecido a lo que veremos a continuación, y trabajar el acoso des de que los jugadores y jugadoras son pequeños. Es decir, para evitar el acoso es imprescindible que los clubes hagan mucha pedagogía, entre los niños pero también los padres y madres, y trabajar los valores: respeto, compañerismo, etc.

Educar en valores

Todos los niños y niñas sueñan con el éxito personal y profesional. Nosotros debemos ayudarles a conseguir sus objetivos de todas las manera posibles: trabajando la técnica y el aspecto físico en el fútbol, ya que nos dedicamos a ello, pero también debemos fomentar valores que después les acompañen durante toda su vida.

Los entrenadores, como los profesores de colegio, nos convertimos en un referente para niños y adolescentes. Por lo tanto, todo lo que hagamos o digamos lo tomarán como ejemplo, para bien y para mal. No debemos desaprovechar el potencial que tenemos para convertirlos en mejores personas. Ése también es nuestro deber: educar en valores.

Las nuevas tecnologías son herramientas maravillosas para comunicarse, pero sin darnos cuenta puede convertirse en la peor pesadilla de un niño o adolescente. Si nuestro equipo cuenta con un grupo de WhatsApp debemos poner reglas para evitar que se nos vaya de las manos y los conflictos acaben en acoso.

2- Observa la situación

Hay algunas conductas que pueden ayudarnos a identificar si alguno de nuestros jugadores está sufriendo, por lo tanto debemos observar qué está pasando para saber si se trata de una situación personal o acoso. Es recomendable que no observe una persona sola, que seáis un mínimo de dos personas las que prestéis atención a lo que está sucediendo en el equipo para ganar objetividad. Le pasa alguna de estas cosas?

Indicadores emocionales

  • Está más callado de lo habitual
  • Está cansado y se queja de insomnio
  • Ya no se relaciona demasiado con los que eran sus amigos o compañeros
  • Sus capacidades han empeorado
  • Está nervioso o tiene ansiedad
  • Suele estar de mal humor, susceptible o agresivo
  • Se le ve triste
  • Falta más de lo habitual
  • Pierde el interés por los entrenamientos o partidos

Por parte de sus compañeros

  • Tiene conflictos con sus compañeros
  • Se ríen, le insultan o le han puesto un mote ofensivo
  • Le echan la culpa cuándo algo sale mal
  • No el hablan o le ignoran
  • Han dejado de incluirle en planes
  • No quieren hacer ejercicios con él

3- Recopila información

Es importante que, cuando detectemos que un jugador está recibiendo acoso, empecemos a trabajar para atajarlo. Lo primero que debemos hacer es recopilar el máximo de información posible para conocer qué está sucediendo: Quién está sufriendo acoso (víctima) y quién o quienes lo están generando (acosador/es); dónde está ocurriendo (en el campo, en los vestuarios, a la salida, fuera del equipamiento, etc.); recopilar datos sobre la situación y contexto personal y familiar de cada una de las personas que intervienen; y conocer si ha pasado algo parecido antes.

4- Habla con las partes implicadas

Una vez se ha recopilado toda la información relativa a lo que ha ocurrido, deberemos llevar a cabo una entrevista personal con cada uno de los jugadores implicados para conocer más datos sobre su situación personal y su valoración de los hechos.

Aspectos a tener en cuenta

  • Crea un clima de confianza y de respeto que facilite la comunicación, evitando posibles distracciones y interrupciones.
  • Haz que se sientan partícipes del proceso.
  • Evita plantear la entrevista como un interrogatorio, utiliza el diálogo como si fuese una conversación tranquila.
  • Ofrece información objetiva, realista y contrastada sobre lo que se considera acoso.
  • Actúa honestamente con las personas implicadas y informales de que se posteriormente se le comunicará a sus padres y a otros servicios si es necesario.

Entrevista con la víctima

  • Explícale que entiendes la dificultad de hablar sobre lo que ha pasado o está pasando, pero también la importancia de hacerlo para acabar con el problema.
  • Habla con serenidad y evita que se culpabilice de lo que ha pasado o está pasando.
  • No hables de forma excesiva y escucha atentamente y con empatía.

Entrevista con el acosador

  • Habla con serenidad, utilizando un tono de voz respetuoso y no agresivo. Evita discusiones para evitar que se ponga a la defensiva. Recuerda que tenemos que hacerle partícipe de la situación.
  • Evita hacer valoraciones morales o de juicio. Estamos recopilando información para intervenir más adelante.

Contenido de las entrevistas

  1. Situación formativa: Qué está estudiando, qué curso hace y dónde; cómo le va el curso; expectativas de futuro, etc.
  2. Situación familiar: Con quién vive; cómo está la situación en casa; qué dinámica tiene con sus padres y hermanos; si tiene límites y normas, etc.
  3. Ocio: Qué hace en su tiempo libre, a parte de jugar a fútbol, qué le gusta hacer, etc.
  4. Relación con sus amigos: Quienes son sus amigos; si se relaciona con los compañeros del equipo fuera, etc.
  5. Factores de la personalidad: Cómo se siente consigo mismo; cómo le ven los demás; empatía con el resto, etc.

Entrevistas con el resto de compañeros

Es importante conocer todo lo que está pasando, también des del punto de vista del resto del equipo. Es posible que sean cómplices del acoso y participen de manera puntual o que sean conscientes pero no quieran se acusados de chivatos. Por lo tanto, en las entrevistas, tenemos sensibilizarlos contra el acoso, propiciando la empatía con quién lo sufre; acabar con el silencio y recalcar que si conocen alguien que sufra deben explicarlo para ayudarle; buscar su implicación para atajar el acoso; i, sobre todo, es importante que les garanticemos la confidencialidad para no meterles en conflictos.

5- Informar a las familias

Una vez conocemos lo que está pasando, por la información que hemos recopilado nosotros mismos y la información que nos han dado todos los implicados, debemos informar a las familias de lo que está ocurriendo en el contexto del club. Es un tema delicado para todas las partes, así que hay que tratarlo con sensibilidad, sin minimizarlo ni sobredimensionarlo. Es importante exponer todo lo que ha pasado o está pasando de manera clara, calmada y con empatía.

Seguro que todos tenemos el mismo objetivo: acabar con el conflicto, así que hay que hacer partícipe a la familia de esto también, valorando su esfuerzo y el trabajo hecho des de casa, para evitar juzgarlos y hacerlos sentir culpables. Es recomendable transmitir confianza en que las cosas se pueden mejorar. Evita centrarte en las personas, lo importante son los hechos.

Muéstrate claro con el posicionamiento del club: actitud tolerancia cero contra las conductas de acoso y su opinión sobre lo ocurrido. Explícales que pasos habéis seguido durante este proceso, y que la finalidad de todo esto es acabar con el acoso de forma educativa con la colaboración y implicación de la familia. No te olvides de agradecerles su colaboración y convocarles cuando estén claras las intervenciones que el club llevará a cabo y pedirles su compromiso.

6- Intervención

Si ya sabemos todo lo que ha pasado, el club deberá decidir qué medidas reparatorias o sancionadoras pondrá a las partes implicadas y cómo va a evitar que conflicto continúe. Es posible, que llegados a este punto las partes implicadas hayan entendido la gravedad de lo ocurrido y acaben con la problemática. Esto no quiere decir que no deba haber una sanción, si la hay debe ser lo más educativa posible teniendo en cuenta algunas cosas:

  1. Las circunstancia personales, familiares, sociales y la edad de los afectados.
  2. La proporcionalidad de la sanción con la conducta.
  3. La repercusión de la sanción con el objetivo de educar a los afectados y al resto.
  4. La existencia de un acuerdo explícito con los padres.
  5. La reincidencia o la reiteración de las actuaciones que se sancionan.
  6. La asumpción de responsabilidades por parte de los afectados.

En el caso de que la situación sea muy grave y pueda tratarse de un presunto delito o falta penal, tendremos la obligación de ponerlo en manos de la Policía.

 

Fuente: www.topentrenador.es

 

 

 

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