Septiembre comienza y con él, la nueva TEMPORADA, acompañada de la ilusión de todos por conocer las novedades a nivel de equipo, competición o club/escuela; y de las dudas que todo ello conlleva: ¿Dónde jugará mi hijo? ¿Con qué patrocinadores contamos este año? ¿Contra qué equipos vamos a jugar? ¿Qué viajes vamos a hacer? ¿Será un buen equipo?… y una pregunta común: ¿Se conseguirán los objetivos?
La pretemporada es un momento clave en el establecimiento de objetivos para los clubes y equipos. Tanto directivos y entrenadores, como padres y jugadores deben conocer cuales son los objetivos de la temporada y qué se espera de ellos para trabajar todos en la misma línea y así aumentar las probabilidades de éxito.
Consideramos un buen objetivo aquel que es un objetivo SMART:
- Específico- Concreto (Specific)
- Medible- Puntuable (Mesurable)
- Alcanzable- Realista (Achievable)
- Retador- Relevante (Relevant).
- Temporal- Con fecha (Time Based)
A estas claves, me gusta añadir dos aspectos que considero fundamentales para el deporte: plantear los objetivos en positivo, el lenguaje que usamos influye en la percepción que tenemos de ello, y que sean congruentes con nuestra realidad y entorno presente, si podemos ponerlos en marcha ya mismo.
Ahora bien, tras establecer los objetivos debemos trazar un plan de acción claro (lenguaje sencillo, comprensible a todos), flexible (adaptable a los posibles inconvenientes que nos encontremos en el camino) y conciso (pautas sencillas, pequeños pasos), que nos permita conocer los pasos a seguir para acercarnos a la meta.
Tanto a la hora de establecer objetivos, como el plan de acción a seguir, los VALORES del club y del entrenador juegan un papel fundamental. Son estos valores los que marcarán que es lo prioritario y lo importante, la guía de comportamiento para los jugadores. Es fundamental en el deporte base que los padres conozcan también estos valores, ya que si son compartidos se reforzarán desde fuera de la pista y eso ayudará a interiorizarlos mejor. En este caso “La unión hace la fuerza”, si todos remamos en la misma dirección será más fácil cumplir lo que nos planteamos, además se reducen posibles conflictos durante la temporada si todo queda claro al inicio.
Eso sí, un mismo valor u objetivo puede tener significados diferentes para cada persona, lo que hace necesario clarificar desde los clubes y los entrenadores ¿Qué queremos conseguir esta temporada? Y ¿Cómo vamos a hacerlo?
Para facilitar la comprensión pongamos un ejemplo:
En la reunión de inicio de temporada el entrenador del Infantil A explica a los padres que el objetivo del equipo para final de temporada es GANAR, y tras este comentario comienza a hablar de otros temas relacionados con el equipo.
¡Ya tenemos el lío montado! ¿Qué es “GANAR” para ese entrenador y ese equipo? Ganar la liga, ganar nivel técnico, ganar nivel físico, ganar a un rival concreto, ganar todos los partidos, ganar es mejorar rendimiento de todos los jugadores, ganar es que los niños interioricen los valores del club, ganar es ser el equipo con menos penalizaciones de la liga (tarjetas, descalificantes, expulsiones…)
En este caso, el entrenador, o el club deberían en primer lugar clarificar que valores se espera ver en sus jugadores. ¿Qué es ganar para ese equipo dentro del club?, Aquí entrarían todos los aspectos que hemos comentado para valorar si es un buen objetivo (SMART), y ¿Cómo vamos a hacerlo? Involucrando siempre a todos los elementos del deporte (jugador/a, familias, entrenador/a…), ¿Qué papel tiene cada uno?, ¡todos son necesarios si queremos conseguir el objetivo, y teniendo claro lo que se espera de cada uno evitaremos algunos conflictos durante la temporada!
Fuente: www.wats.team
Excelente articulo! Ya empezó la temporada y desde ya con las mejores ganas y con todo para formar excelentes jugadores y personas! Vamoo arriba!
Esta genial el post. Reciba un cordial saludo.