La carta de un niño deportista a su padre

Esta carta de un niño deportista dirigida a su padre es anónima, podría haberla escrito cualquier niño o niña deportista sin importar el lugar de España, incluso de diferentes disciplinas deportivas, aunque se ve claramente que es de un deporte de equipo. Ha llegado a nuestras manos y refleja el lastre que a veces los padres suponen para niños y jóvenes que hacen deporte, ya que en lugar de ser una fuente de motivación o de ayuda se terminan convirtiendo en un foco de presión. Dice así:

Para Papá:

Papá, he decidido decirte todo esto por escrito porque creo que cuando nos ponemos a hablar no me escuchas, tú hablas y hablas y yo me tengo que limitar a asentir sin que mi opinión cuente. Lo hago ahora en verano porque ha terminado la temporada y todavía estamos a tiempo de planificar la siguiente. Al menos durante estas vacaciones espero descansar, hacer lo que me gusta, jugar con mis amigos, ir a la piscina y a la playa, tumbarme en la cama sin que tenga que ir a entrenar o comerme un helado sin remordimientos.

El curso ha sido muy duro. Después de toda la mañana en clase, llegar a casa, comer rápido, hacer algunos deberes, ir al inglés unos días, a música otros, después entrenar, volver y hacer los deberes que quedaban o estudiar, cenar, dormir y vuelta a empezar. Los fines de semana toca partido, largos viajes de ida y vuelta, cuando ganamos todo parece que marcha bien, pero cuando perdemos el fin de semana termina siendo una tragedia tanto en el campo como en el autobús y en casa.

Me gusta el deporte, sí, me gusta jugar e incluso entrenar, pero cada vez que miro a la grada y te veo allí con otros padres en pie, tenso, con el semblante serio y con esos gritos de ¡Vamos a correr, más intensidad! me añades presión, mucha presión. A veces incluso estás con el cronómetro, buscas tácticas en internet, estás siempre analizando los resultados, las estadísticas, las sanciones, los rivales… y ya desde el lunes intentas predecir la alineación. Yo solo quiero decirte que a mi no me importa si de vez en cuando fallo un pase o si marco menos goles, incluso no pasa nada si algún partido estoy en el banquillo. Yo estoy en un equipo para disfrutar, hacer algo que me gusta, no creo que pueda ganarme la vida con esto, para tener una salida profesional ya estoy estudiando y el deporte para mí es un premio que debería servirme para disfrutar con gente de mi edad.

Además llegan los partidos y vienen todos esos insultos… al árbitro, a los jugadores rivales, al entrenador cuando hace un cambio que no te gusta o hasta a mis propios compañeros… no lo entiendo, de verdad papá, esto es un deporte de equipo y si falla uno fallamos todos por lo que si insultas a algún jugador de mi equipo me estás insultando a mí y ya sabes los viajes de vuelta que me das a veces criticando tanto a mi entrenador como a mis compañeros e incluso a mí mismo.

Y después viene el tiempo de comer, de las meriendas… recuerda que soy un niño y estoy creciendo, no creo que sea bueno que intentes que me alimente como un deportista profesional y te voy a decir otra cosa. Me gustan las chucherías, me gustan los bollos y los bocadillos y aunque delante de ti no los coma, hasta mamá me da a veces a escondidas y sigo corriendo igual de bien.

Pero que sepas que en parte te comprendo. En tu niñez quisiste ser deportista y no tuviste la oportunidad, tuviste que trabajar antes de tiempo y eso te hizo dejar el deporte y comprendo que quieras que yo sea lo que tú no pudiste ser, pero entiende que la persona que se viste de corto y busca disfrutar con lo que hace soy yo y no tú. De hecho, no me importa perder un partido porque sé que lo doy todo siempre, busco hacerlo lo mejor posible y eso para mí es el mejor premio. Ahora este verano no dejas de buscar pruebas en otros equipos o contactos de representantes. Si puedo ir a un equipo mejor estaría perfecto, pero siendo infantil no me obsesiona porque estoy a gusto con mis compañeros y me siento parte de ellos, disfruto mucho con mis amigos.

Papá, creo que hay un problema, yo no tengo temor a perder, parece que tú lo tienes más que yo, lo que sí tengo temor es a tus broncas después de los partidos, a tus discusiones con otros padres e incluso con el entrenador y a veces ese temor se convierte en miedo a que algún día todo ello provoque alguna pelea en el campo, todo esto me está haciendo odiar el deporte en parte, de ahí que vea necesario que tengamos que reflexionar durante este verano para que la próxima temporada los dos podamos dedicarnos a disfrutar del deporte o de lo contrario será mejor dejarlo.

Un beso de tu hijo que te quiere.

Fuente: www.deportedelsur.com

2 comentarios Añade el tuyo
  1. ¡Guao! Es taaaaan real esa carta. Muchas veces (por no decir que siempre) los atletas de las categorías inferiores, sienten que desean abandonar el deporte y el motivo es justamente la presión de uno o ambos padres.
    Quizás el padre no visualiza la forma en la que hace sentir a ese pequeñito, sin embargo, así como ellos se acercan al entrenador a comentarle sobre el entrenamiento o el partido en la que no está de acuerdo, de esa misma forma puede acercarse el entrenador y hacerle llegar lo incómoda de estas situaciones para sus hijos.
    Recordemos que el buen desenvolvimiento dependerá del apoyo y el compromiso de parte de todos los involucrados: Padres, Representantes, Atletas, Entenadores, Coordinadores… TODOS formamos el EQUIPO.

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