Enseñar a Jugar al Fútbol, Jugando al fútbol

En el fútbol formativo se busca desarrollar todas las capacidades, cualidades y habilidades del jugador. Siempre en las primeras etapas los objetivos prioritarios han sido la técnica y la psicomotricidad, está última englobada dentro del aspecto físico. Esta etapa suele estar pautada, entre los 5 y los 12 años. Es lo que personalmente denomino, sistema clásico de entrenamiento en el fútbol formativo.Siempre pongo un ejemplo: los bebes cuando comienzan a caminar lo hacen solos, dan dos pasos y se caen. Se levantan y dan otros dos, tres pasos y vuelven a caer. En el fútbol sin embargo, les cargamos de ejercicios de psicomotricidad que en la mayoría de las ocasiones les enseñan movimientos muy válidos pero alejados de los movimientos específicos del fútbol. ¿Se deben eliminar ese tipo de ejercicios? En absoluto, como tampoco se deben eliminar los ejercicios estáticos de un jugador frente a otro situados en un cono pasándose el balón. No se trata de eliminar, se trata de priorizar. Enseñar a jugar al fútbol, jugando al fútbol. Esa debe ser la prioridad, como cuando comienzan a andar, se caerán pero se levantarán y seguirán jugando. Mediante el propio juego su cuerpo se irá adaptando a los nuevos movimientos que el fútbol les irá exigiendo. Los ejercicios estáticos y específicos de acciones técnicas, utilizarlos como refuerzo ante cualquier carencia que pueda ir viéndose en el proceso de aprendizaje. Del mismo modo que los ejercicios de sicomotricidad, equilibrio y coordinación que se pueden realizar como refuerzo y/o en algunos casos como ejercicios de calentamiento.

Dentro de la formación integral del jugador se le debe enseñar todos los tipos de ataques (combinativo, contra-ataque y directo), pero evidentemente debe prevalecer el combinativo sobre los demás. El motivo es simple un modelo de ataque que fomenta que el balón pase por prácticamente todos los jugadores producirá una mejoría en la técnica individual y colectiva de los jugadores. Muchas veces en menores, cuando se entrena para ganar en vez de para formar, se tiende a cometer graves errores, juegan jugadores que faltan a entrenar, se relega a los jugadores más pequeños en tamaño porque se prioriza la fuerza sobre la técnica y se abusa de balones largos, juego directo que provoca una ralentización en la progresión del aprendizaje de la técnica.

Enseñar jugando, sería aplicar el entrenamiento global a la etapa formativa, también provoca que con anterioridad se esté trabajando aspectos tácticos. Por ejemplo un equipo de jugadores de 7 años, si en un espacio reducido se pone a jugar 3 contra 3 a 2-3 toques se está trabajando:

  • TÉCNICA: pase, control, disparo. Interceptación.
  • TÁCTICA: pressing, desmarque, apoyos, anticipación
  • FÍSICO: coordinación, equilibrio, resistencia
  • SICOLÓGICOS: autoconfianza, concentración, cambio de mentalidad (de atacar a defender y viceversa)

En un solo ejercicio estamos trabajando todos esos aspectos, mientras que en el llamado sistema clásico sólo trabajaríamos alguno y de forma aislada.

Como se suele decir, un atleta no entrena jugando al fútbol pero si se entrena a jugadores de fútbol dando vueltas al campo. O lo que decía Rui Faria: “¿Un pianista da vueltas al piano antes de un concierto?”.

En el fútbol se han ido creando modas que en algunos casos han ido quedándose, en otros casos afortunadamente van poco a poco desapareciendo. Pero aquí en latinoamérica, sigo viendo mucho de eso, de llenar el campo con montones de vallas, conos, platos, picas, escaleras, etc… y poner a niños a saltar, brincar… con todo el respeto, de las 4 horas que entrenan cada semana, perder 2 en esos ejercicios, perder otra hora en ejercicios estáticos y solo dedicar 1 hora a jugar que es como realmente van a aprender. Me encuentro con personas que suelen ser escépticas a esto que defiendo, y les suelo hacer una pregunta: ¿cuántos niños a lo largo de la historia han aprendido jugando en la calle, sin entrenadores?

Muchísimos, y cuando llegan a un equipo en muchos casos son los más habilidosos, les falta técnica colectiva (no suelen controlar bien), porque en la calle suele primar la habilidad y destreza, el regatear, sobre pasar el balón. Pobres aquellos que no tienen la suerte de jugar en la calle (cada vez hay menos niños que jueguen en la calle) y el 90% de su formación futbolística esté basada en ejercicios estáticos, y de saltar, correr, agacharse, levantarse.

Se debe aprovechar y que la enseñanza sea como cuando aprenden en la calle, con las ventajas de tener instalaciones y medios. ¿Cuántos habremos jugado con una lata aplastada haciendo las veces de balón y porterías cuyos postes eran dos piedras o dos mochilas. Y sin nadie que nos guiase? Pues ese es el camino.

 

Autor: Iván Chaves Bermejo

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