Desde que nacemos, en nuestras vidas tenemos dos referentes muy importantes, diría que los más importantes, son nuestros Padres y Madres. Para la mayoría de nosotros son nuestros reflejos de todo el cariño que nos dan y de su modo de vida. Un espejo donde mirarnos.
Ahora bien, hay muchos padres ( sin que las mujeres se enfaden cuando digo padres me refiero a ambos sexos) que es cruzar la puerta del Estadio de la localidad y se convierten en “fieras”. Parece que el hobbie de su hijo/a hace que se descontrole, cual perro suelto en un parque tras toda la mañana en casa.
Son muchos casos en el que cada vez que juegan sus hijos se transforman como si fuesen Dr. Jeckyl y Mr. Hyde, personas encantadoras fuera del partido pero “fieras” desde el momento que el árbitro inicia el encuentro. Y me pregunto ¿ es ese el ejemplo para su hijo? Por que en la mayoría de los casos esos pequeños futbolistas hacen lo que los padres hacen, son su ejemplo.
Los que nos hemos vestido de “negro” durante de un partido, vemos como si la afición, mayormente padres de ambos equipos, se pone quejosa, los niños también empiezan a quejarse de cualquier acción, sea o no correcta. Pienso este tipo de acciones son en mayor de los casos porque esos malos ejemplos de padres tienen en la mente que sus hijos seran las proximas estrellas mundiales del fútbol, y esto no es más que el mayor de los errores, presionar a un chaval de 6 a 15 años.
Cuando un padre presiona a su hijo no hace más que perjudicar a su hijo, primero, porque hace que su hijo no aprenda y disfrute del fútbol, que es la base del aprendizaje en categorías inferiores, y segundo, que lo hace mal futbolista en general. En mi caso particular, yo era del que le decía a mis padres que por favor no dieran voces en los partidos que yo jugase, no era cómodo estar escuchando una voz familiar durante todo el encuentro, solo si animaba.
En definitiva, mi consejo a todos esos padres, que lleguen a leer este post, le diría que apoyaran a sus hijos en cada partido olvidándose de lo que haga el rival, el árbitro o incluso el entrenador del equipo de su hijo, que apoye a su hijo y sobre todo al equipo donde juega su hijo, que no nos podemos olvidar que el fútbol es un deporte de equipo. Respeto.
Fuente: www.abalondividido.com
Autor: @miguelhn23
Fecha de publicación: 12/4/2018