Lateralidad y orientación espacial

La educación inicial constituye una de las experiencias más relevantes del individuo, ya que es  esta la etapa donde se adquieren los conceptos básicos que son la plataforma base de sustentación de los aprendizaje posteriores en la etapa escolar y deportiva. De hecho gran cantidad de niños que no tiene la oportunidad de experimentar estos aprendizaje de esta etapa, presentan dificultades . En especial para los contenidos de instrumentación. (Leaner 1976).

Lo señalado anteriormente nos deduce que una adquisición no completa o la omisión de la misma, implica consecuencia evolutiva en el desarrollo adaptativo y sobre todo para posteriores aprendizaje de habilidades más complejas.

Dentro del conjuntos de aprendizajes  que deben estar presentes en la formación del niño durante esta etapa se encuentra la educación psicomotriz, como un eje importante para la adquisición de destrezas mas especificas.

Dentro de la psicomotricidad están  dos elementos importantes, como son la lateralidad y la orientación espacial.  Ambas son fundamentales, porque es a partir del dominio de estas que comienza a experimentar y conocer su cuerpo, como una unidad vivencial y luego relacionarlo con el entorno, lo cual le permite establecer una comunicación mas integral y efectiva, obteniendo una retroalimentación de su medio ambiente. (Leaner, 1976).

Woodburn y Rogert (  1984)   realizaron una investigación en la edad temprana sobre la lateralidad y direccionalidad en niños de 5 años y medio a 8 anos, demostrando que el 90% de ellos no dominaban estas dos variables, recomendando que no se debe descuidar el dominio de ellos.

Estas dificultades del aprendizaje puede obedecer a la carencia de estimulación por parta de los que realizamos la enseñanza de los mismo. Claro en relación a la adquisición de los concepto básicos de la educación por el movimiento (  Lebouch, 1978), por ser este el que crea el ambiente de aprendizaje en el niño.   Bijou (1982) dice que en esta fase se establecen las bases para los repertorios conductuales complejos que han de constituirse a lo largo de la vida del niño, así como también la adquisición de las conductas pre-académicas que servirán de bases para próximos aprendizajes. Stevens y King (1987) señalan en este sentido que el crecimiento y desarrollo se da paralelamente,  siguiendo un orden jerárquico a través de un proceso integral, donde los facilitadores,  somos los entes responsables de reforzar cada una de ellas, especialmente en el periodo sensorio motriz que es donde se afianzas estos conceptos como la lateralidad y orientación espacial.

Por ello debemos realizar los programas de enseñanza por parte del facilitador para cada etapa   y los aprendizajes que se espera del participante y estén alineados a su edad, hablando en una manera holística del  ser humano.

Autor:  Prof.  Francisco Torres.

Referencia Bibliografica.

1.      Bijou, S. (1982), Psicología del desarrollo infantil. México, editorial Trillas.

2.      Lerner, J (1976), Children With Learning Disabilities. Houghton Miffin Company Boston 2da Edition.

3.      Lebouch, J (1978). Hacia una ciencia del movimiento, Introducción a la psicokinetica. Buenos Aires. 1era edición. Editorial Paidos. Pp 95, 100, 103-110.

4.      Steves & King E. (1987). Administración de programas de educación temprana y preescolar. Ediciones Trillas México.

5.      Picq & Vayer, (1977). Educación psicomotriz . Editorial científico-medica

6.      Woodbur y Rogert , (1984). Lateralidad y Direccionalidad en niños de 5.5 a 8 anos de edad. Escuela de ciencias del deportes. U.N. Heredia.

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