La fase formativa va de los 5 a los 13 años aproximadamente. En este periodo, los niños que deciden aprender el fútbol con cierta proyección deportiva,deberán de ejercitar potencialmente sus habilidades coordinativas y aprender gradualmente un gran universo de conceptos técnicos y tácticos del fútbol. Es en esta fase, en que los niños deben hacerse jefes absolutos del balón, para no tener dificultades más tarde en acciones de juego colectivo más complejas que exige la competencia.
En tal sentido, los padres deben comprender que el transito en esta fase, exige muchas horas de entrenamiento diversificado. En un primer momento, de 5 a 8 años los niños deben desarrollar con gran amplitud sus habilidades básicas y especificas. Esto quiere decir, que los niños además de saltar, correr,trepar y girar, deben rotar por algunas otras actividades predeportivas con la finalidad de exponenciar su bagaje de movimientos. Este rico desarrollo motriz,los ayudara significativamente en mejorar su técnica y dar soluciones acertadas en diferentes situaciones de juego real más adelante.
Ya a partir de los 9 años, se debe desarrollar con un mayor énfasis la técnica y los conceptos tácticos básicos, sin descuidar de seguir desarrollando sus habilidades coordinativas (técnica de carrera,coordinación segmentaría entre otras). Tomando en cuenta, que,la técnica debe proyectarse llegar a un gran nivel a los 13 años.
Considerando lo antes reflexionado, los padres deben tener claro que, la formación sus hijos dura aproximadamente 8 años y no 3 ó 4 años. Asimismo, que es un periodo vital, que requiere mucha labor y paciencia de parte de padres y entrenadores, ya que también se va formando a la par su carácter y personalidad.
Por lo tanto, la expectativa de sus desempeños en los partidos deben estar ajustados a su edad y a los contenidos que van asimilando en sus aprendizajes.Aquí la planificación juega un rol importante en la consecución progresiva de objetivos concretos.
Para concluir y no menos importante, los padres deben tener presente, que, el niño en esta fase juega para divertirse,socializar, aprender, y no para generarle grandes dosis de estrés competitivo. De lo contrario, con el tiempo vamos a propiciar frustración,deserción y el desaliento por llevarlo muy aprisa al terreno meramente competitivo.
Fuente: www.emzosports.org
Autor: Lic. Ludwig Padilla